El pan que provoca hambre
Si al nacer nos informaran que existe la posibilidad de padecer hambre quizá muchos no naceríamos,
si nos informaran que no existe obligación para ser amados por aquella que nos tuvo en sus entrañas, muchos renunciarían a la idea de una madre,
si nos mintieran acerca de una familia y cuidados que recibir, muy probablemente el cielo estaría sobrepoblado.
Una mirada esquiva en la esquina de una tienda acompañada de una voz que pide pan
Mi mano pudo entumirse como la de cualquier otro que pasó a su lado y le dijo: hoy no,
Pero mis neuronas actuaron a cuenta propia y sólo acertaron a provocar un "Cuál de todos?"
la voz infantil atinó a decir "culquiera"...
"cualquiera" es una buena palabra para quien no ha tenido muchas oportunidades de elegir y escasos recuerdos de ser tomado en cuenta.
Un pan no mitiga el hambre de amor, seguridad o esperanza
una mano que entrega un pan que llevaría por antojo a casa no aminora
la nececidad de consciencia social o de humanidad en el mundo,
no quebranta el corazón de un gobierno indolente que despilfarra el dinero
proporcional al gran grupo de pobres en el mundo.
En efecto, ese pan no elimina el hambre, no aminora la inconsciencia mundial, no le dará a ese cuerpo infantil una madre, una familia o un estatus que lo haga valer tanto como el que no padece sus miserias, esa pieza le alegró el día a él, pero esa expresión, esa mirada, ese brillo si disminuyen mi hambre de Fe y donde quiera que haya ido es mi deseo que existan muchas manos que formando una red podamos mostrarle que el mundo no está hecho de una pieza de pan, sino de un manjar de bendiciones.
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