lunes, febrero 23, 2009

"Locura Bipolar con Ambiciòn de Lupo. Deseo Unico con Aspiraciòn Etèrea"

REFLEJO

Tengo en mis manos tu vida, tus sonrisas, tus triunfos y tus miserias, he vivido a tu lado sin el valor de reclamar lo poco que has hecho por mí y lo fácil que me es reducir tu espejismo en olvido. Callas, lloras, mientes e interpretas tu vida de una forma simple que te permite seguir con tu simulaciòn.

Mientras yo me trago cada una de tus ofensas, te escucho cada dìa y muero al verte complacida entre espinas, has aprendido a convivir con cicatrices que empiezo a olvidar lo bello que lucía tu corazón cuando dejabas correr la sangre por tus venas. El brillo de tus ojos se opacó y dejaron de ser hermosas luciérnagas para convertirse en lentas velas que sólo arden cuando alguien se ha quedado sin luz.

Olvídame, intenta dejar de amarme, esperemos que el amor que aún siento por tí permanezca y permita que encuentre la forma de sacarte de ese mundo de niebla y frìo en el que decidiste vivir, cediendo tu lugar a alguien que conoce la forma de hacer bailar a las rosas con un simple "Balia para mi"...

Tengo en mis manos tu vida y puedo arrancarte el alma y el corazón del pecho si eso deseas. Puedo hacer que tu vida sea tan inútil como mi lucha por reconquistarte, puedo hacer muchas cosas por tí, pero no seguir reflejándome en este espejo donde mi única labor es mostrar esa linda y falsa sonrisa que tanto ensayas en tu afán de sopesar.

CADENAS

Sentenciada al hastío de tus brazos, al cobijo de tu espada y un mismo amanecer, he zurcado valles y montañas, he peleado días y noches enteras en eternas batallas siendo todo cuanto he querido, sin poder ser todo lo que has deseado. He pedido al viento que me acaricie como no lo han hecho tus manos, al sol que me ilumine como solo Dios lo hizo hace algún tiempo, A la aurora le pedí polvo de arcoiris para brillar y ser eterna para ti, pero el atardecer tenía un pacto contigo para dejarme fallecer. Yo te sentecio al hastío que representa para tí el amor, te sentencio a vivir siendo amado y protegido por mi, te sentencio a saberte humano y frágil, a la penumbra del brillo eterno y a un rincón donde sólo los temerosos de amar son amados. ¡Te sentencio a vivir en ese rincón a mi lado!, con mi susuro arrullando tus mañanas y con mi abrazo cobijando tu alma.